Muero en vida porque no muero.
Sobrevivo en este laberinto de corrientes marinas que me elevan y planeo en ellas indolentemente.
-¿Sabias que caerias en mi red y aún así me afrontaste?.

Recuerdo otra existencia placentera sin frio y sin cansancio, un plano sutil de quietud y miradas limpias como la mia.
-Esta es la realidad de tu devenir aquí y ahora.

Mi alma añora la beatitud y las caricias de un sol benigno.
-La sal ha estropeado las plumas de tus poderosas alas, cada día que pasas aquí te consumes más y más y segregarás carne de tus plumas, caerás inexorablemente al mar embravecido para perecer en el acto.

¿Porqué?, ¿porqué me pagas con esta moneda mi amado Señor?. Tu ausencia me desgarra el alma y esta vil condición de esclavitud me rebaja al más indigno de tus angeles hermosos. Ven pronto y libérame, ven amado y deja que muera a tus pies para que mis hermanos me eleven a tu morada y descanse para siempre bajo los rayos de la luz que no conoce su fin. Liberame Domine.
-Eres mio para siempre, Él no te escucha. Él deja que te desmorones siglo tras siglo. Así te pudras en esta existencia ante sus ojos. Así tu alma se consuma en llanto y melancolía perpétua.
Maldito seas por siempre mensajero.